En Roma hay tantas cosas maravillosas, que es difícil decantarse por lo que más te gusta. Pero para mí sin duda alguna la Plaza Navona es una de ellas.
¡Cuando la ves por primera vez te quedas impresionada!
Por ello, es uno de los imprescindibles de Roma que no debes perderte y una de sus plazas más famosas.
Vamos a ver por qué es tan especial…
El origen de la Piazza Navona
Al pensar en una plaza, te viene a la mente la forma circular. Pero la Piazza Navona tiene forma alargada.
La razón es que está situaba sobre el estadio de Domiciano del año 86. En este estadio los romanos celebraban sus juegos atléticos griegos (agones) en honor al dios Júpiter.
Tenía unas dimensiones de 276 metros de largo y 106 de ancho y tenía una capacidad para unos 30.000 espectadores.
A finales del siglo XV, el Papa Sixto IV trasladó aquí el mercado. Se celebró durante años, hasta que en 1869 se trasladó al Campo de Fiori.
En el siglo XVII, el Papa Inocencio X encargó la construcción de una iglesia, una fuente y el Palacio Pamphili para su familia.
Hoy en día, la plaza está rodeada de cafés, palacios, una iglesia y tres fuentes barrocas.
Que ver y visitar en la Piazza Navona
Sin lugar a dudas la Plaza Navona que merece que le dediques un buen rato, ya que está llena de detalles:
Las tres fuentes de la Piazza Navona
La más famosa es sin duda la Fontana dei Quattro Fiumi de Bernini (Fuente de los Cuatro Ríos), pero las otras dos no se le quedan atrás.
Las tres fuentes poseen ricas creaciones escultóricas:
Fontana dei Quattro Fiumi o la Fuente de los Cuatro Ríos de Gian Lorenzo Bernini.
La Fuente de los Cuatro Ríos de Bernini está situada en el centro de la Plaza Navona. Esta fuente barroca fue encargada por el Papa Inocencio X al escultor Bernini en 1648.
Representa a los cuatro grandes ríos del mundo que se conocían en aquella época: Ganges (Asia), Nilo (África), Río de la Plata (América) y Danubio (Europa).
Para representar cada río, Bernini utiliza un corpulento anciano esculpido en mármol blanco travertino, apoyado en rocas de las que brota el agua, con flora y fauna características del lugar.
La representación del Ganges sostiene un remo por ser el mayor rio navegable conocido, el Nilo aparece con los ojos tapados, ya que se desconocía el origen del rio, el de la Plata rodeado de monedas por las riquezas del continente americano y el Danubio mira al Papa Inocencio X.
Todo el conjunto escultórico descansa en una piscina elíptica.
Además de las esculturas humanas, en la fuente también hay siete animales de gran poderío: un caballo, una serpiente de tierra, una serpiente de mar, un león, un cocodrilo, un dragón y un delfín (que funciona como desagüe).
La fuente la corona un obelisco de granito construido en Egipto de 16 metros de altura que encargó el Emperador Domiciano.
Gracias a la cavidad hueca que deja Bernini debajo de las figuras, parece que el obelisco se suspende en el aire.
En lo alto hay una paloma con una rama de olivo, emblema de los Pamphili.
Es una de las grandes obras de Bernini, de gran expresividad, majestuosidad y da sensación de movimiento cuando la miras.
De hecho para verla en su conjunto hay que rodearla, ya que muchas figuras quedan ocultas desde algunos puntos.
Es un conjunto escultórico de una fuerza descomunal y llena de pasión realista.
Fontana del Moro de Giacomo della Porta y Bernini
Esta fuente está ubicada en la parte sur de la Piazza Navona, frente al Palacio Pamphili.
La fuente fue creada por Giacomo della Porta en 1576, pero posteriormente se añadió el moro creado por Bernini.
Vemos un africano luchando con un delfín rodeado de tritones (torso humano y cola de pez).
Las esculturas actuales son copias y las originales están en la Galería Borghese de Roma.
Fontana di Nettuno de Giacomo della Porta
Esta fuente está en parte norte de la Piazza Navona y fue creada también por Giacomo della Porta en 1574.
Aunque las estatuas de Neptuno y Nereida son posteriores.
Observamos a Neptuno luchando contra leones marinos, con una nereida (ninfas del mar) en cada punto cardinal. Además hay unos caballos huyendo.
Iglesia Sant´Agnese in Agone o Santa Inés en Agonia en la Piazza Navona
Esta iglesia es sin duda el edificio más importante y preside la Plaza Navona. Está justo detrás de la Fuente de los Cuatro Ríos de Bernini.
Está construida sobre las gradas del antiguo estadio Domiciano, bajo las cuales cuentan que Santa Inés fue obligada a desnudarse en público y renunciar a su fe cristiana.
La Iglesia actual la mandó erigir el Papa Inocencio X en 1652 al artista Francesco Borromini.
El Papa quería que fuera una capilla familiar con acceso directo desde el Palacio Pamphili anexo, que pertenecía a su familia.
Destacan la cúpula, el relieve del altar principal de la Sagrada Familia de Gaudi, el Santuario a Santa Inés y su cráneo y la Tumba Monumento al Papa Inocencio X.
Como leyenda urbana se dice, que Bernini esculpió en su Fuente de los Cuatro Ríos las figuras que quedan frente a la Iglesia de Borromini con alevosía.
Si te fijas verás que la escultura del hombre de la Plata está con el brazo levantado como si la fachada se fuera a derrumbar. Y la estatua del Nilo tiene los ojos cubiertos como si quisiera ver la horrenda Iglesia de Borromini.
Esto es imposible porque Bernini terminó la fuente un año antes de que comenzara la construcción de la Iglesia.
La leyenda tiene su origen en el rumor de que estos dos grandes artistas, Bernini y Borromini, se odiaban el uno al otro.
Palazzo Pamphili en la Piazza Navona
Otro de los edificios que más destaca en la Plaza Navona, es el Palacio Pamphili situado junto a la Iglesia Sant´Agnese in Agone.
Perteneció a la familia del Papa Inocencio X y Borromini colaboró en su diseño.
Hoy en día es la embajada de Brasil.
Qué hacer en la Piazza Navona
Además de disfrutar de las impresionantes esculturas de las 3 fuentes y de la arquitectura de los preciosos edificios que rodean la Plaza Navona, te recomendamos que entres en el interior de la Iglesia de Santa Inés en Agonía.
No te dejará indiferente y verás la plaza desde un punto más elevado.
La Piazza Navona tiene un ambiente muy especial tanto de día como de noche.
Podrás disfrutar de las pinturas de los artistas que pintan sus obras en la plaza, de mimos con disfraces increíbles y por la noche, podrás descubrir tu futuro con los echadores de cartas del tarot.
En la plaza encontrarás un buen número de terrazas donde comer o cenar o simplemente tomarte un rico Spritz.
Y no olvides sentarte en un banco mientras disfrutas de un buen gelato.
¿Cuánto tiempo te llevará la visita a la Piazza Navona?
La puedes ver en 5 minutos o pasarte una hora maravillándote con cada detalle.
Si tu escapada a Roma es de unos cuantos días te aconsejamos que lo visites en más de una ocasión. Te recomendamos que lo veas tanto de día como de noche para verlo en todas sus tonalidades y distintos ambientes.
Descubre las curiosidades de la Piazza Navona con estos tours:
La Piazza Navona desde sus orígenes siempre ha sido un espacio público.
En la antigua Roma fue un estadio para competiciones deportivas y combates de gladiadores, después fue un mercado y en 1652 un lago.
Sí, sí… Para divertimento de la familia Pamphili y aprovechando la forma de la Plaza Navona, cada verano, cerraban los desagües de las tres fuentes e inundaban la plaza. Dando lugar al Lago de la Plaza Navona.
Cada sábado y domingo hasta 1866 los ricos pasaban con sus carruajes y los demás chapoteaban con sus pies. ¿Curioso no?
Hoy en día, sigue siendo la plaza más animada de la ciudad, donde se reúnen tanto los romanos como los turistas. Para tomarse un café o un gelato en sus terrazas, disfrutar de una cena romántica, descansar escuchando música o alguna actuación callejera o admirar el arte de los pintores y retratistas.
Si viajas en Navidad a Roma, pásate por el mercado navideño que se celebra en la Plaza Navona. Puestos con adornos navideños, dulces típicos, artesanía…
Información práctica de la Plaza Navona en Roma
Ubicación
Piazza Navona
Cómo llegar
Metro: Barberini, línea A (roja)
Bus turístico: Parada
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