Con la iglesia hemos topado, concretamente con el Papa.
Su grandeza será enorme, pero en 1848, con el primer intento de la unificación del Reino de Italia su poder se verá mermado.
Con la llegada del dictador Mussolini, los Papas conseguirán su objetivo y crearan su propio estado en el año 1929, el Vaticano.
Mussolini quería recrear el antiguo Imperio Romano y restauró todos los antiguos monumentos.
Finalmente, en 1946 se estableció la República de Italia mediante un referéndum.
El poder del Papado en Roma tras la caída del Imperio Romano
Cuando el Emperador Constantino el Grande legalizó el cristianismo en el año 313 y cuando el Emperador Teodosio en el año 380 convirtió el cristianismo en la religión oficial del Imperio Romano, los obispos fueron cogiendo peso poco a poco.
Con la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 y con la fuerza de Constantinopla, el Papa surgió como máxima autoridad en Roma.
Roma estaba bajo la protección del Imperio Bizantino, pero cuando los lombardos (un pueblo germánico) atacaron Roma, éstos no tenían efectivos para acudir en su ayuda.
Era el año 754 y el Papa Esteban II le pidió ayuda al rey de los francos Pipino el Breve, que acudió al rescate.
Los territorios conquistados pasaron a manos del Papado, creando así en el año 756 los Estados Pontificios.
Pero fue el hijo de Pipino el Breve, Carlomagno, el que en el año 768 terminó con los lombardos y se volvió muy poderoso.
Entonces, el Papa León III rompió con el Imperio Bizantino y coronó como emperador a Carlomagno.
Los años siguientes fueron de tira y afloja, con más o menos dificultades para defender el poder y la hegemonía de los Estados Pontificios, dependiendo de los mandamases de cada periodo.

En el año 1809 Napoleón, tras su invasión, anexionó los Estados Pontificios a Francia. El Papado no los recuperó hasta el año 1815.
Pero siempre han conservado un gran poder económico y político.
Prueba de ello, son todos las obras de arte, palacios… que vemos por Roma.
La unificación del Reino de Italia por el Rey Vittorio Emanuel II
En el año 1848, comenzó un fuerte sentimiento de unidad nacional italiana y liderados por el Rey Carlos Alberto de Saboya, los italianos se enfrascaron en una guerra contra los austriacos para echarles de Italia.
El Papa Pío IX no quiso unirse a la causa, porque supondría el fin de los Estados Pontificios, y ante el enfado del pueblo tuvo que huir.
El rey Carlos Alberto, abdicó en favor de su hijo Víctor Manuel II, quien consiguió unificar Italia entre los años 1861 y 1870.
Roma fue designada capital del país en el año 1871 tras su toma.

La desaparición de los Estados Pontificios
Tras el éxito conseguido en el norte en 1960 por Víctor Manuel II, muchas ciudades se levantaron contra los Estados Pontificios y se anexionaron al Reino del norte de Italia.
El rey exigió al Papa Pío IX las tierras de Umbría y las Marcas, pero éste se negó. Las tropas del Papa perdieron la guerra y la Iglesia fue desposeída de sus tierras.
El Papa se reclutó en Roma, que era el único bastión que le quedaba.
En el año 1970 las tropas del rey conquistaron la ciudad de Roma y la corte se estableció en el Palacio del Quirinal.
El Papa Pío IX se resguardó en el Vaticano y los Estados Pontificios pasaron a formar parte de la Italia unificada.

Los Pactos de Letrán y la creación del Estado Vaticano
Pero años más tarde, los Papas vuelven a poner en el asador todo su poder.
El 11 de febrero del año 1929, el cardenal Pietro Gasparri, secretario de Estado del Papa Pío XI y Benito Mussolini sellaron los Pactos de Letrán.
La Iglesia reconocía a Italia como estado soberano e Italia permitía la creación del Estado Vaticano, con 44 hectáreas, bajo la jurisdicción del Papa.
¡Más vidas que un gato!

El dictador Benito Mussolini, el Duce
Benito Mussolini llevó al poder al Partido Nacional Fascista y gobernó durante el llamado fascismo italiano.
En el año 1922 Mussolini fue nombrado Presidente del Consejo de Ministros, con plenos poderes.
En el año 1943 se autoproclamó Duce (general) de la República Social Italiana, hasta que fue ejecutado en el año 1945.
Quería volver a los tiempos de la grandeza del Imperio Romano y restauró todos los monumentos.
Además, convirtió a Roma en el centro del país, consiguiendo quintuplicar su población hasta el millón de habitantes.
Fue aliado de los nazis y en la Segunda Guerra Mundial la ciudad apenas sufrió daños.

La creación de la República Italiana
Tras la ejecución de Mussolini, en el año 1946, se abolió la monarquía y mediante referéndum se instauró la República de Italia.
En 1957 fue uno de los 6 países que creó la Unión Europea, junto con Alemania, Bélgica, Francia, Luxemburgo y los Países Bajos.

Actualmente, Roma cuenta con 2,8 millones de habitantes y es una de las ciudades más visitadas del mundo.
La apasionante historia se palpa en las ruinas, edificios, palacios… que nos encontramos en la Ciudad Eterna.
Génesis de una de las civilizaciones más increíbles de toda la historia como fue el Imperio Romano y sede de la Iglesia Católica, el mayor poder económico y político de la historia, que aún hoy sobrevive.
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